Los años intoxicados - Mariana Enríquez
El cuento transcurre entre cinco años, 1989 y 1994. Los años son muy importantes porque, de ello depende la narración que se separa conforme pasa el tiempo entre los años. Los personajes comprenden un grupo de tres amigas adolescentes de las cuales una es la narradora principal, de quien nunca sabemos su nombre. Las otras dos son Paula y Andrea, esta última caracterizada como la más linda del grupo y la que rompe una promesa que es la de nunca tener novio ni enamorarse. Además, el contexto sociohistórico es muy importante ya que hay marcas contextuales del período político en el que se encontraba la Argentina, tanto en el gobierno de Raúl Alfonsín como el de Carlos Menem, por ejemplo, al principio del cuento la narradora cuenta sobre los apagones programados o, luego, cuando caracteriza el gobierno de Menem sin inflación pero con desempleo. Sin embargo, a pesar de estar muy presente en el relato dicho contexto, la narradora y sus amigas están muy desinteresadas en este y en la preocupación que conlleva para sus familias. Además, no hay solo desinterés sino desprecio, no solo a estas preocupaciones sino al mundo adulto en general. El grupo de amigas solo encuentran interés en sus juegos, las drogas y en pasar el tiempo juntas. Cada año que pasa resulta en un nuevo descubrimiento en el mundo de las drogas y de alguna experiencia que las marcó. En el segundo año, por ejemplo, una chica que viajaba en el mismo bus que ellas se tomaban para volver de Buenos Aires a su ciudad a escondidas, se bajó en una reserva que estaba en medio de la ruta. Ese suceso aparece reiterado en el cuento en más de un año, cuando ellas buscan a la chica en varias ocasiones por mera diversión y marca el gran suceso final, cuando luego de una expedición de la narradora y Paula (porque Andrea se puso de novia y ya no pasaba tiempo con sus amigas) en la reserva las hace encontrar una cinta blanca que cree Paula ser de la chica que se bajó en aquel año. Luego, en su fiesta de cumpleaños, envuelto en drogas y alcohol, el novio de Andrea transcurre un mal pasar por el ácido que tomó, en la que en una secuencia extraña Paula, quien tenía la cinta que encontró en su cabello, le tira una tijera cortándole la ceja, que termina en una convulsión en el suelo. El horror caracteriza el cuento, por el contexto y por sus protagonistas, siendo estas y sus vivencias las que producen este sentimiento de que algo no anda bien.
Azúl turquesa - Inés Garland
El cuento aborda la experiencia de una madre y su hija en sus vacaciones. La particularidad, ya introducida mediante elipsis al comienzo, es que son unas vacaciones planificadas en familia, con el padre, y por una repentina separación ahora están solo ellas dos. Hay unos cuantos diálogos pero sin embargo la perspectiva se centra en los pensamientos de la narradora, la mamá, pensamientos de una mujer recién separada que tiene que fingir estar bien para pasar unas vacaciones con su hija. En el cuento se puede ver un claro contraste de este sufrimiento y agotamiento emocional con el ambiente cálido, familiar y festivo de unas vacaciones en unas playas en Brasil, lo cual creo que es el punto fuerte de las descripciones que realiza la narradora que si bien describe su alrededor y quienes lo componen con características positivas, su ánimo y opiniones no reflejan lo mismo. Además se puede reconocer este contraste con el título y la primera frase del cuento, llamándose este “azul turquesa” pero, sin embargo, dice luego este azul no ser como en las fotos, es un azul más opaco, viéndose como esa experiencia prometedora de unas vacaciones en familia se ve transformado a una actitud forzosa de supervivencia en toda esa alegría ajena, que no le pertenece. Pero aún así se esfuerza en buscar una distracción, se esfuerza por encajar o por hacer que algo le de alegría a ella también, cierta emoción, como el hijo de una de las familias hacia el que siente atracción. Hay una temporalidad rápida, la narración se centra en unos pocos hechos puntuales pero se van describiendo ambientes que cambian levemente con el paso de los días. Hay un hecho puntual que marca el punto de tensión que es cuando madre e hija casi se ahogan en el mar. Parece una metáfora de los sentimientos de la madre, el creer que no van a salir a flote y la sensación de perder el control de la situación, cuando en realidad siente la arena en sus pies.
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