El chico sucio
En este cuento la historia superficial puede ser la forma en la que se describe al barrio, tanto históricamente como el contexto actual, su conformación sociocultural y su geografía. La historia profunda se desarrolla entrelazándose con esas descripciones, donde aparece el personaje de el chico sucio como parte de la cotidianidad del barrio, pero que pronto se transforma en un protagonista de la historia, involucrándose en la vida de la narradora, a tal punto que cuando sucede el violento asesinato del niño ella cree que se trata de él y eso, la mantiene inquieta el resto del relato. Como parte de la historia profunda creo que el cuento trata de hacer visibles las problemáticas de la marginación social de una forma bastante cruda, tomando como ejemplo a uno de los tantos niños que viven en la calle y son víctimas de esa marginación, la narradora misma explica que mucha gente se compadece del niño en el subte, pero nadie lo hace realmente como para ayudarlo en serio, y luego es la culpa que ella siente, el no haberlo ayudado en serio cuando pudo y luego cargar con la culpa de lo que le podría haber pasado si era el niño degollado o luego, al final del relato, cuando la madre da a entender que lo había “dado”.
El estilo verbal que utiliza se mezcla entre un modo narrativo directo, donde la narradora introduce el diálogo de los personajes cediéndole voz, con un modo narrativo indirecto, incorporando el diálogo de los personajes a la narración, aunque esto sucede una o muy pocas veces, por ejemplo cuando relata lo que le gritó su madre.
Con respecto a las figuras retóricas, utiliza mucho la metáfora, como por ejemplo cuando se refiere a ella misma como “la loca encerrada en la torre”. También utiliza la hipérbole, cuando describe la casa y dice que en sus pisos encerados podría inaugurar una pista de patinaje. Por último utiliza la elipsis en el diálogo último con la madre del niño, cuando ella le dice que había dado a sus hijos a quien se los había prometido, sin saber de quién se trata, pero se da la sensación de que, dado lo que había pasado con el niño degollado y su posible relación con los santuarios, no se trataba de algo bueno.
La narración se construye por medio de la primera persona, la protagonista de la historia, que describe desde su perspectiva todo lo que va sucediendo a lo largo del relato con lujo de detalles con respecto a sus pensamientos, sentimientos y sensaciones. También hay un uso frecuente de los diálogos. Este cuento tiene elementos del horror y del drama.
La hostería
La historia superficial es en la que se narran los hechos por los que la protagonista va al pueblo, con su hermana y su madre, donde visita a su amiga (de la que está enamorada) y le pide ayuda para llevar a cabo su plan de venganza en la hostería, cuestión que llevan a cabo. La historia profunda es la que implica el hecho de que la hostería fue una escuela de policías en la época militar, y por eso cuando hacen la travesura, terminan escuchando todo lo que parecía ser una escena de aquellos tiempos, como si fuesen fantasmas.
El estilo verbal que utiliza el narrador es un modo indirecto libre, donde el narrador fusiona el modo directo con el indirecto, no otorga la voz al personaje, pero habla desde el interior de ellos.
Como figura retórica utiliza la sinestesia, cuando describe el color de los árboles “musgo aterciopelado”, luego, la elipsis, porque se omite por completo la explicación de por qué escucharon y vieron lo que vieron las chicas, dejándole al lector la intriga, permitiendo que reflexione sobre lo que podría haber sido.
La narración se produce por medio de un narrador omnisciente, que se adapta a los personajes, en especial a la protagonista, pero también lo hace cuando Elena y la empleada descubren a las chicas, nombrándolas de la nada sin sus nombres, sino como ellas las conocían, “las hijas de”. La utilización de diálogo se hace por medio de la narración, sin el característico guion.
El cuento, inesperadamente al menos para mí, resultó ser un cuento fantástico.
El aljibe
La historia superficial es la que se cuenta inocentemente sobre Josefina, al principio, siendo una niña normal, su viaje a Corrientes, y luego todo lo que afloró tras la visita a la casa de la bruja, sus miedos, cómo fue su vida etapa tras etapa y como esos miedos no se iban nunca incluso ya de adolescente. La historia profunda sería, la verdadera razón por la cual la madre, la abuela, y su hermana visitaron a esa bruja, que no se descubre hasta el final, siendo esta la causa de todo lo que le pasa a Josefina, esta es la historia por la que el cuento se titula “El aljibe”, siendo este la primera manifestación del miedo de Josefina, y su última esperanza.
El estilo verbal que utiliza el narrador se mezcla entre un modo narrativo directo donde se introduce el diálogo de los personajes, y un modo narrativo indirecto, donde a veces el narrador domina el relato, incorporando el diálogo de los personajes a la narración.
Como figura retórica utiliza por ejemplo la hipérbole, cuando describe el color del aljibe “la pintura blanca brillaba como los huesos de San La Muerte”.
El narrador es omnisciente, tiene un modo de narrar que va creciendo conforme crece Josefina, al principio es inocente, sabe lo que ella sabe, descubre las cosas mientras ella lo hace y no sabe la verdadera causa hasta que la bruja lo cuenta.
El género de este cuento es fantástico.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario